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Psiquiatra Ivan Goldberg ¿ inventó la adiccion a internet ?


Manuel Ángel Méndez / El País / La Red no crea patologías, canaliza problemas existentes – EE UU lo excluye como trastorno – Hace 15 años un psicólogo creó en broma el término

En un día cualquiera de 1995 al psiquiatra Ivan Goldberg, afincado en Nueva York, se le ocurrió gastar una broma. Había leído la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM, en inglés), la Biblia de la psiquiatría moderna, y decidió animarse con una parodia. Se inventó una enfermedad.

La llamó “desorden de adicción a Internet” (IAD, en inglés). Describió sus síntomas y lo colgó, cómo no, en su discreto portal de Internet, hoy aún disponible. Habló de ansiedad, de necesidad de conectarse horas y horas, y de movimiento involuntario de los dedos para teclear. Incluso animaba a crear un grupo de ciberadictos anónimos. Probablemente lanzó unas carcajadas antes de publicarlo.

La sorpresa llegó días después. Recibió decenas de mensajes de gente que se identificaba con el problema. Sus colegas de profesión abrieron un intenso debate. La idea se extendió. Ese mismo año, la psicóloga Kimberley Young, referente en la materia, fundó el Centro para la Recuperación de la Adicción a Internet (netaddiction.com). Los medios comenzaron a hacerse eco. La bola de nieve ya era demasiado grande para detenerla.

Quince años después, la polémica continúa, aunque desinflada. Cada vez más expertos se niegan a admitir esta patología.

“En 25 años de profesión no he conocido ni un solo paciente que la tenga. Es como hablar de adictos al teléfono, no tiene sentido”, asegura José Miguel Gaona, médico psiquiatra especializado en adicciones y doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid.

El último borrador del DSM, elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría, vuelve a excluir la dependencia de Internet como trastorno de conducta. No hay ninguna evidencia científica.

Goldberg, el bromista, intentó aclarar el entuerto en el año 1997. “Si extendemos el concepto de adicción para incluir todo aquello que la gente hace en exceso, tendríamos que aplicarlo a leer libros, a hacer ejercicio, a hablar con la gente…”, declaró a la revista The New Yorker. Pero la broma sigue viva.Desde 1996, decenas de estudios han intentado demostrar sin éxito la existencia de la adicción a Internet. El último viene de Reino Unido. Según investigadores de la Universidad de Leeds, el 1,2% de la población europea entre 16 y 51 años vive enganchada. Su droga: conectarse demasiado tiempo e ignorar otros aspectos de la vida. Aseguran, además, que muchos de ellos sufren depresión. Pero hay un problema. “No sabemos qué ocurre primero, si la gente deprimida acude a Internet o es esta la que produce depresión”, se pregunta Catriona Morrison, autora principal del informe.

La bibliografía es extensa. El hospital universitario de Kaohsiung (Taiwán) reveló recientemente los resultados tras dos años de analizar el comportamiento de adolescentes: un 11% vive obsesionado con la Red. La Universidad de Augusta (EE UU) lo cifró en el 4% en EE UU y el 14% en China. En 2008, la Universidad de Stanford habló del 1%. Vaughan Bell, profesor en el Instituto de psiquiatría del Kings College de Londres, afirma que estas investigaciones se basan en encuestas mal diseñadas y muestras insuficientes. “Definen adicción en función del número de horas que pasamos online, pero no de las causas que llevan a ello. La gente es adicta a sustancias o actividades, no a un medio de comunicación. Decir que soy adicto a Internet es tan absurdo como decir que lo soy a las ondas de radio”. Como él, varios psicólogos y psiquiatras se han dedicado los últimos años a desmontar mitos. Scott Caplan, profesor en la Universidad de Delaware (EE UU), lleva desde 2002 estudiando la relación entre interacción social e Internet. Sus resultados son reveladores: personas con ansiedad, depresión y dificultad para socializar tienden a usar más Internet y no al revés. Es decir, la Red no crea patologías sino que canaliza una desviación existente. ¿Cuánto tiempo es normal y excesivo delante de la pantalla? Helena Matute, catedrática de Psicología de la Universidad de Deusto, fue una de las primeras en España en publicar un artículo sobre el tema (en 2003). “Si alguien no puede dejar de entrar en Internet es como si fuera al mismo bar de la esquina todos los días. Podría ser un problema, pero no una adicción”, escribió. Hoy sostiene la misma postura. “Mucha gente tiene trastornos de conducta, pero en la inmensa mayoría no se pueden achacar a la Red”.

Según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), el 37% de los españoles se conecta entre 10 y 30 horas semanales. El 9% lo hace más de 60 horas. Los chats y las redes sociales son las actividades más populares. Esto ha alimentado un temor: engancharse a Facebook o al Messenger puede perjudicar la socialización en persona, la de toda la vida, la saludable. Falso. Diversas investigaciones echan el argumento por tierra. La Universidad de Virginia (EE UU) publicó una en enero: adolescentes entre 13 y 14 años con una vida social offline equilibrada son más proclives a utilizar redes sociales entre los 20 y 22 años. Las consideran una extensión normal de su vida. “Hoy los adolescentes tienen una necesidad social de comunicarse. Antes se hacía en persona o por teléfono. Ahora se hace por chat. El canal ha cambiado”, explica Xavier Carbonell, profesor de Psicología de la Universidad Ramon Llull (Barcelona). Sus propios estudios demuestran que no es posible hablar de adicción. Ahora analiza el impacto en la conducta de los juegos de rol online.

Aquí sí existe una reducida, pero fiable, conexión entre videojuegos violentos y cambios de conducta. Nick Yee, investigador en el Palo Alto Research Center (California), calcula que un jugador medio dedica entre 20 y 22 horas semanales a esta actividad. “Lo único seguro es que justo después de concentrarse en un juego violento, algunos adolescentes reaccionan agresivamente, pero no podemos demostrar que aumente su agresividad a largo plazo”.

Adicto a internet muere a golpes en centro de rehabilitación




Los padres del joven esperaban salvar a su hijo de lo que en China se considera adicción a internet, a pesar de que el adolescente no había cometido delito alguno ni mostraba mal comportamiento.

La policía china investiga la muerte de un adolescente aparentemente por los golpes que le propinaron sus cuidadores en una clínica de rehabilitación en la región sureña china de Guangxi Zhuang, informó el diario "China Daily".

La policía detuvo a cuatro trabajadores del Campo de Entrenamiento de Salvación Qihang, con base en Nanning, capital regional, sospechosos de causar heridas intencionadas a Deng Senshan, un estudiante de secundaria de 15 años nacido en Ziyuan, Guilin, informó Lei Guangwu, del Buró de Seguridad Pública de Jiangnan, a la agencia oficial Xinhua.

Deng fue declarado muerto en la tarde del domingo en el hospital de Wuxu, en Nanning, según un informe médico al que tuvo acceso el diario "China Daily", que indica también que el adolescente no tenía pulso ni presión sanguínea cuando fue trasladado al hospital.
Sin embargo, Xinhua asegura que el padre del joven, Deng Long, fue informado el domingo por la mañana de la muerte de su hijo.

La versión del "China Daily" indica que el padre del joven acababa de trasladar a su hijo al campo, una filial del Centro de Entrenamiento Lizhi Guangzhou para el Crecimiento de la Juventud, donde estaba previsto que permaneciera desde el 1 de agosto al 1 de septiembre.
El objetivo del confinamiento era rehabilitar a Deng de su "mal comportamiento, recuperar la confianza y tener actitudes positivas en la vida", según el acuerdo firmado entre el centro y el padre.

Nada más llegar, los profesores del campo confinaron a Deng y esa misma tarde lo golpearon, en virtud de una cláusula en el contrato que indicaba "el centro puede tomar las medidas necesarias, incluido el castigo, para educar al adolescente, siempre y cuando esas medidas no supongan maltrato o dañen su salud".

Por el "tratamiento", el centro cobró al padre del fallecido 7 mil yuanes (mil dólares, 711 euros) y le prometió "cuidar de Deng, y supervisar al adolescente 24 horas al día durante los primeros días de entrenamiento".

Con este método, los padres esperaban salvar a su hijo de lo que en China se considera adicción a internet, a pesar de que el adolescente no había cometido delito alguno ni mostraba mal comportamiento.

La muerte de Deng ha provocado numerosas denuncias acerca de los métodos usados por este tipo de centros, a menudo asociados a bases militares.

"La tragedia se podría haber evitado", señaló Jiang Pu, director del Instituto de Educación Familiar Nuevo Gusto, de Pekín, quien añadió que el sector de la recuperación a internet está todavía en sus primeras etapas y no existe un diagnóstico estándar en China acerca de esta dependencia.
El educador subrayó que este tipo de tratamientos deberían estar prohibidos.

Según Xia Lingxiang, psicólogo de la Universidad del Suroeste, en Chongqing, el gobierno debería invertir más en investigar los mecanismos fisiológicos y psicológicos que impulsan a la adicción de internet y formular un diagnóstico estándar.

El centro donde falleció Deng, donde todavía están recluidos un centenar de jóvenes, no ha dado todavía explicaciones sobre el caso de Deng.

China cuenta con la mayor población de usuarios de internet del mundo, 320 millones, por delante de Estados Unidos, de los que una tercera parte son adolescentes y, entre ellos, 10 millones se consideran adictos, según el criterio de la Asociación China de Internet para la Juventud.

Los métodos para paliar esta dependencia son a menudo poco ortodoxos, como el uso de electrochoques, que tuvo que ser prohibido por el Ministerio de Sanidad en julio.

Una clínica de Londres REHABILITA a niños ADICTOS A INTERNET


El centro médico ayuda a menores mayores de 12 años cuya adicción a Internet es tal que su salud está en riesgo, según publicó el periódico local "Evening Standard".


El Hospital Capio Nightingale ha recibido ya llamadas de numerosos padres para ingresar allí a sus hijos, que montan en cólera cuando se les dice que tienen que apagar el ordenador, hasta el punto de que, en algunos casos, han necesitado la intervención de la policía para calmarlos.

Según una encuesta entre niños de secundaria, más de una cuarta parte de los escolares pasan alrededor de seis horas al día delante del ordenador, por lo que algunos de ellos llegan a sufrir comportamientos compulsivos, desórdenes del sueño y depresión a causa de su adicción.

Pérdida del apetito, cansancio y aislamiento de la sociedad son otros de los síntomas de estos adolescentes que, en algunos casos, llegan a experimentar un síndrome de abstinencia propiamente dicho.

El tratamiento propuesto por la clínica trata de estimular la interacción social y en persona de los jóvenes que asisten a rehabilitación y enseña a los padres a "desconectar" a sus hijos sin que se cree un conflicto.

El experto en psiquiatría del Hospital Capio Nightingale Richard Graham equiparó la adicción a Internet con la adicción al juego, que produce una hiperestimulación de manera que el paciente se mantiene en un estado constante de alerta.

"Necesitamos unas guías oficiales para determinar hasta dónde llega el uso saludable de la red", dijo Graham que sostuvo además que los servicios de salud mental tienen que adaptarse "rápidamente" para tratar el problema de unos jóvenes "cuyas vidas se ven seriamente afectadas porque nadie regula el tiempo que pasan frente a la pantalla".

Según datos de la organización británica Coalición para un Internet Seguro, alrededor de un 10 por ciento de los 4,6 millones de internautas del Reino Unido podrían ser adictos a la red.

LONDRES
Efe

¿Es la adiccion a Facebook una enfermedad?

Si bien la adicción a Facebook no se encuentra reconocida como una enfermedad a día de hoy, en Italia ya existen dos clínicas especializadas en tratar este trastorno, así como la dependencia de la red en general, lo que ha venido a llamarse 'Internet addiction disorder'. La primera de estas clínicas fue abierta en noviembre en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma, la segunda está en funcionamiento desde enero de este año en el Hospital La Molinette de Turín.

Según un comunicado publicado en la página web del propio hospital, en el caso del Policlínico de Roma, los pacientes acuden sólo durante el día a un ambulatorio en el que se sigue un riguroso protocolo de intervención en tres pasos. Desde su apertura la clínica ha concedido cerca de setenta citas, si bien sólo se han presentado a las misma la mitad de los solicitantes.

Primero se realiza una entrevista para diagnosticar la posible dependencia, tras esta entrevista inicial se suceden varios encuentros con el paciente a fin de averiguar la psicopatología que se esconde detrás de la dependencia, la cual se trata con fármacos; y, finalmente, se intenta reinsertar progresivamente al enfermo en un grupo de rehabilitación con el objetivo de "reactivar su contacto con la vida y con los demás". En esta última fase se ayuda al paciente a recuperar su capacidad de comunicación no verbal.

El coordinador de esta unidad, el psiquiatra Federico Tonioni, explica que "el uso patológico de Internet provoca síntomas físicos muy similares a los que manifiestan los toxicómanos en crisis de abstinencia". Por este motivo considera que la iniciativa del hospital romano garantiza a sus pacientes "la contención del malestar que sufren durante el síndrome de abstinencia de la web que se transforma en ansia, depresión y miedo de perder el control de lo que ocurre en Internet".

Síntomas y edades

En cuando a los tipos de dependencia a Internet que tratan en la clínica, el especialista señala que "existen cinco tipos de adicción: la cyber-sexual (dependencia del sexo virtual o la pornografía), la cyber-relacional (relativa a las redes sociales), el net-compulsivo (adicción a los juegos de azar, las compras, etc), la adicción a las descargas (búsqueda compulsiva de información) y la dependencia de los ordenadores (relacionada con los videojuegos)".

En cuanto a los síntomas que presentan estos enfermos, en la web del hospital aluden a los diferenciados por el psiquiatra americano Ivan Goldberg, que en 1995 definió el concepto de 'Internet Addiction Disorder'. Destacan así como síntomas de que algo va mal la necesidad creciente de pasar cada vez más tiempo en la red, la reducción de otras actividades de interés; el padecimiento de ansia, depresión o pensamientos obsesivos cuando se reduce el tiempo dedicado a navegar por Internet; la necesidad de acceder a Internet cada vez con más frecuencia; la incapacidad de controlar el uso de la red y el empleo de una gran cantidad de tiempo en actividades relacionadas con Internet, aunque esto acarree consecuencias negativas en su vida.

Estos siete síntomas pueden relacionarse al mismo tiempo con siete características, a saber: pérdida de las relaciones interpersonales, los cambios de humor, la alteración de la percepción temporal, el empleo compulsivo del medio, el 'fetichismo tecnológico', la privación del sueño y problemas físicos de diversa naturaleza como dolor de espalda, vista cansada, etc.

En el hospital aseguran que en estos cuatro meses de funcionamiento en la clínica han recibido pacientes que pueden diferenciarse en dos tipos diferentes, aquellos que son conscientes de que han desarrollado una relación patológica con la web (entre 25 y 40 años) y un grupo -compuesto sobre todo por los cyber-sexual adictos y los dependientes de los juegos de azar, las compras y los juegos. En concreto, nueve de cada diez pacientes tratados son chicos adolescentes que presentan una adicción a los juegos por Internet, mientras que un escaso 10% responde a otro tipo de trastorno.

Fuente

La influencia del INTERNET en la sociedad actual


Durante siglos la gente se ha encontrado dependiente psicológica o físicamente a muchos comportamientos y sustancias. Esto no se debe a un mero interés, sino que consiste en un patrón de uso que puede llevar a un eventual impacto negativo en el funcionamiento, afectando al matrimonio, relaciones, trabajo, economía e incluso al estatus legal (Greenfield, 1999b).

Según Echeburúa y Corral (1994) cualquier conducta normal placentera es susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo.

Por lo tanto lo importante en la adicción no es la actividad concreta que genera la dependencia, sino la relación que se establece con ella. Es una relación negativa, incluso destructiva que el sujeto se muestra incapaz de controlar.

Internet es una herramienta a la que se le atribuyen innumerables ventajas para la educación, el comercio, el entretenimiento y en ultima instancia para el desarrollo del individuo. La participación en grupos virtuales nos permite interaccionar con gente con nuestros propios intereses donde sea que estén ubicados físicamente. En un estudios con estos grupos de discusión McKenna y Bargh (1998) encontraron que este medio permitía a aquellos con personalidades estigmatizadas (por razones de sexo o ideología) llegar a una gran autoaceptación que en última instancia conducía a revelar a sus familiares y amigos su identidad oculta. Esto hace que la pertenencia al grupo virtual se convierta en una parte importante de su identidad.

Sin embargo a Internet también se le atribuyen propiedades negativas. En el estudio de Kraut y cols. (1998) se llegó a la conclusión de que Internet contribuía a reducir el círculo social y afectaba al bienestar psicológico, desplazando la actividad social y reemplazando los lazos de unión fuertes por otros más débiles. Las amistades creadas en la red parecen ser más limitadas que las respaldadas por una proximidad física.

En los últimos años, la evidencia sobre consecuencias negativas relacionadas con el uso de Internet ha llevado a varios autores (Echeburúa y cols., 1998; Griffiths, 1997; Young, 1996) a proponer la existencia de un desorden de adicción a Internet similar a los problemas que aparecen con otras conductas adictivas (juego, sexo, trabajo, etc.).

Definición

Con el desarrollo de Internet y su crecimiento exponencial han aparecido también los primeros casos de psicopatología relacionados con la red. El trastorno de dependencia de la red se ha conocido con muchos nombres: desorden de adicción a Internet –Internet Addiction Disorder (IAD)- (Goldberg, 1995), uso compulsivo de Internet (Morahan-Martin y Schumacker, 1997), o uso patológico de Internet – Pathological Internet Use (PIU)- (Young y Rodgers, 1998b).

Uno de los aspectos problemáticos es: ¿a qué se hacen adictos los adictos a Internet? ¿Es al contenido al que acceden o es al Internet en sí? Respecto a esto Pratarelli y cols. (1999), utilizan el término de adicción al ordenador/Internet, y la definen como un fenómeno o desorden pautativo que depende tanto del medio como del mensaje, sin inclinarse a favor de ninguno.

Un ejemplo de la problemática lo encontramos en la relación entre adicción al sexo y adicción a Internet. Un individuo que fuese adicto a las páginas de contenido sexual, ¿sería un adicto al sexo, a Internet, o a ambos?. Guerricaecheverría y Echeburúa (1997) exponen un caso clínico de adicción a las líneas telefónicas de party line y eróticas, señalando que se trata de una variante de adicción al sexo. En este caso nos sería difícil de entender que existiera una adicción al teléfono en sí.

Por otro lado, Griffiths (1997) señala la existencia de lo que el llama "adicciones tecnológicas", que se definen como adicciones no químicas que involucran la interacción hombre-máquina. Estas pueden ser pasivas (como la televisión) o activas (como los juegos de PC o Internet). Esta sería una modalidad de las adicciones psicológicas o conductuales, que a su vez incluiría a la adicción a Internet.

Criterios del diagnóstico

Goldberg (1995) propone un conjunto de criterios para el diagnóstico del desorden de adicción a Internet (IAD) basados en los criterios diagnósticos del abuso de sustancias:

1.Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes:
◦Una necesidad de incrementar notablemente la cantidad de tiempo en Internet para lograr satisfacción.
◦Notable disminución de los efectos con el uso continuado de la misma cantidad de tiempo en Internet.

2.Abstinencia, manifestado por cualquiera de los siguientes:
A.El característico síndrome de abstinencia:

I.Cesación o reducción de un uso de Internet que ha sido grande y prolongado
II.Dos o más de los siguientes, desarrollados algunos días durante un mes antes:
a.Agitación psicomotora
b.Ansiedad
c.Pensamientos obsesivos acerca de lo que estará sucediendo en Internet
d.Fantasías o sueños a cerca de Internet
e.Movimientos de tecleo voluntarios o involuntarios

III.Los síntomas causan malestar o deterioro en el áreas social, laboral u otra área importante de funcionamiento.

B.El uso de Internet o un servicio similar esta dirigido a aliviar o evitar los síntomas de la abstinencia.
I.Se accede a Internet con más frecuencia o por periodos más largos de lo que inicialmente se pretendía.
II.Deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el uso de Internet.
III.Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas al uso de Internet (P.Ej., comprando libros sobre Internet, probando nuevos navegadores, indagando proveedores de Internet, organizando fichero o descargando materiales).
IV.Actividades sociales, ocupacionales o recreativas se dejan o reducen a causa del uso de Internet. Se continúa usando Internet un pesar de saber que se tiene un persistente o recurrente problema físico, social, ocupacional o psicológico que parece ser causado o exacerbado por el uso de Internet (privación de sueño, dificultades maritales, llegar tarde a las citas por las mañanas, abandono de los deberes profesionales, o sentimientos de abandono de personas significativas).

Greenfield señala un conjunto preliminar de siete criterios para la identificación y predicción de la adicción a Internet:

•Nº Total de horas que pasas conectado
•Otras personas piensan que tienes un problema con Internet
•Experimentar serias consecuencias relacionadas con el uso de Internet
•Experimentar una intensa intimidad en la red
•Mantener la cantidad de tiempo que se pasa conectado como un secreto
•Edad (mas joven incrementa el riesgo de adicción)
•No poder esperar para llegar al ordenador y conectarse
Aunque ha habido varios esfuerzos centrados en detectar la Adicción a Internet tomando como criterio el excesivo uso de la red, parece haber quedado claro que este no es un criterio válido para el diagnóstico. Muchos individuos, por razones de trabajo o estudios, deben pasar muchas horas conectados, delante del ordenador, pero eso no les convierte automáticamente en adictos.

Thompson señala que, para la mayoría de las personas que pasan mucho tiempo conectados, lo que podría parecer una adicción no es sino el proceso de aprender lo máximo posible en poco tiempo. Griffiths analiza varios estudios referidos al uso excesivo de la red y concluye que en la mayoría de los casos esto es puramente sintomático.

Efectos negativos

Uno de los aspectos que diferencian a una adicción psicológica de una adicción química es que la primera no tiene las terribles consecuencias físicas negativas que puede tener esta última. Aun así, en el caso de la adicción a Internet también se han señalado alguna consecuencia, sobre todo las derivadas de la privación de sueño (Young, 1999). La privación de sueño se produce por la inhabilidad del adicto a cortar la conexión, permaneciendo despierto hasta altas horas de la madrugada, lo cual podría dar lugar a fatiga, debilitación del sistema inmunitario y un deterioro de la salud.

Es evidente que Internet está produciendo un rápido cambio en las costumbres y modos de vida de las personas, ya que en cierto sentido está modificando la forma en que nos relacionamos unos con otros. Kraut y cols. examinaron el impacto de Internet sobre 169 personas en 73 hogares, encontrando que un gran uso de Internet estaba asociado con un decremento en la comunicación con los miembros de la familia en el hogar, un decremento en el tamaño de su círculo social y un incremento en su depresión y soledad.

La relación entre un alto uso de Internet y el incremento en los niveles de depresión ha aparecido en varios estudios. Sin embargo, existe aún mucha controversia sobre si la depresión es la causa o el efecto de la adicción a Internet. Según Pratarelli y cols., se produce un ciclo en el que la soledad y la depresión alimentan el uso del ordenador/Internet, y esto lleva a una mayor soledad y depresión. Esto se explicaría por una conducta compensatoria según la cual la actividad de los usuarios se incrementa a medida que aumentan sus sentimiento de incomunicación.

El medio en el que se desenvuelve la adicción acarrea también una serie de cambios psicológicos negativos, consistentes en alteraciones del humor, ansiedad o impaciencia por la lentitud de las conexiones o por no encontrar lo que se busca o a quien se busca, estado de conciencia alterado (total focalización atencional), irritabilidad en caso de interrupción, incapacidad para salirse de la pantalla, etc.

Los problemas surgidos de la dependencia trascienden el ámbito de lo intrapersonal. Desde un punto de vista sistémico, los efectos negativos de la adicción se expresan en los ámbitos familiar, académico y profesional. El adicto se aísla del entorno y no presta atención a otros aspectos de las obligaciones sociales.

Mecanismos explicativos

El proceso por el cual una persona se convierte en adicto es siempre una interacción de factores relativos al objeto de la adicción, a las características de la persona que la hacen vulnerable y al entorno social. Los intentos de determinar las causas de la adicción a Internet deben de tener en cuenta que la conducta problema se desarrolla en un contexto virtual que no tiene por que seguir las leyes del mundo real.

Según Greenfield las cualidades de Internet que parecen contribuir al potencial de la adicción están relacionadas con la velocidad, accesibilidad e intensidad de la información a la que se tiene acceso, del mismo modo que la rapidez de absorción de una droga es directamente proporcional al potencial adictivo de la droga.

Desde mi punto de vista, la razón de que aparezcan adicciones a comportamientos que no son posibles fuera de la red (adicción a las líneas de chat o a los juegos MUD) tiene que ver con esa velocidad, accesibilidad e intensidad de la información. Las relaciones sociales son algo que resulta reforzante para la mayoría de las personas, sin embargo la mayoría de las veces no tenemos libre acceso a ellas por el límite que impone la sociedad o nosotros mismos. En las salas de chat se rompen todas esas reglas, una persona puede dirigirse a otra, decir lo que se le antoje, sentirse escuchada... y dejar de hacerlo cuando le apetezca, sin represalias. Algo parecido ocurre en el caso del cibersexo.

Un ejemplo que ilustra esta evolución en la fuerza adictiva lo encontramos en el caso de la adicción a las party line y líneas eróticas. Señalan varias características relativas al funcionamiento de estas líneas que facilitan la dependencia: disponibilidad ambiental, refuerzo inmediato, percepción de control y gran excitación emocional o sexual. Podemos ver que estas características no solo están presentes en el caso de Internet, sino que aparecen multiplicadas.

Otra característica que contribuye a la capacidad adictiva de la red es el anonimato de las transacciones electrónicas. Este anonimato contribuye a animar los actos desviados e incluso criminales como el visionado de imágenes obscenas o ilegales (p. Ej. Pedofilia), proveer un contexto virtual que permite a los tímidos interactuar en un contexto seguro, facilitar las infidelidades vía Internet y permitir la creación de personalidades virtuales dependientes del estado de ánimo de la persona.

Según Young son varios los refuerzos y mecanismos psicológicos que llevan a la formación del hábito:

•Aplicaciones adictivas: Se encuentra que las aplicaciones que más poder adictivo tienen son las que permiten al usuario interaccionar con otros, como los chats y los MUDs. Al parecer, si hay algo que diferencia a los usuarios dependientes de los que no lo son es el tipo de aplicaciones que utilizan. Los usuarios no dependientes usan Internet para encontrar información y mantener relaciones preexistentes, mientras que los dependientes la usan para socializarse y conocer nueva gente, para implicarse en un grupo. De acuerdo con esto se determinan tres principales áreas de reforzamiento: apoyo social, realización sexual y creación de un personaje.

•Apoyo social: Los grupos se forman rápido en el ciberespacio. Las visitas continuadas a un determinado chat o MUD hacen que se establezca una intimidad con los demás miembros, alentada por la desinhibición que se muestra en la red. Esta desinhibición es consecuencia directa del anonimato que proporciona la comunicación mediada por ordenador. Estos grupos llenan la necesidad de apoyo que tenga la persona en situaciones estresantes de enfermedad, jubilación o divorcio.

•Satisfacción sexual: Hay multitud de chats que han sido diseñados para la interacción erótica, desde los más clásicos basados en texto a los más novedosos que incorporan video en tiempo real. Estas aplicaciones permiten al usuario elegir la fantasía sexual que le apetezca en el momento con solo pulsar un botón (desde la homosexualidad hasta las diversas parafilias). En estos lugares se sienten libres de ataduras por el anonimato y el sentimiento de practicar "sexo seguro". Por otro lado las personas que se sienten poco atractivas físicamente se ven liberadas de este problema.

•Creación de personalidad ficticia: Internet permite crear un personalidad virtual modificando las propias características físicas que en el mundo real son inamovibles. Por ejemplo, un trabajador de la construcción de 40 años, casado y con sobrepeso, puede aparecer en la red como un joven millonario campeón de atletismo. Es unas forma de reinventarse a sí mismo, de cubrir necesidades psicológicas previamente no afrontadas enmascarando la inseguridad interpersonal. Dos de estas necesidades psicológicas son la expresión de un rasgo de personalidad reprimido y los sentimientos de reconocimiento y poder.

•Personalidades reveladas: Internet puede ayudar a sacar a la luz aspectos de la personalidad que estaban ocultos o reprimidos, como puede ser la agresividad. Una vez sacados a la luz, se debe de aprender a incorporarlos a la propia personalidad y no limitar esos roles al ciberespacio.

•Reconocimiento y poder: Este es un elemento que se deriva de los juegos MUD, en los que se crea un personaje que va aumentando su poder a medida que consigue puntos, pudiendo llegar al liderato de otros jugadores subordinados.
Greenfield encuentra varios sentimientos que experimentan los usuarios dependientes de Internet y que pueden llevar a la adicción:

•Los adictos informan de una intensa intimidad cuando está conectados
•Existe un sentimiento de desinhibición

•Muchos adictos informan también de una pérdida de ataduras

•Sentimientos de que el tiempo se detiene o que pasa muy rápido

•Sentirse fuera de control cuando se está conectado

Puesto que hemos analizado las características de Internet que pueden llevar a la adicción, cabe preguntarse qué es lo que hace que algunas personas se conviertan en adictos y otros no. Hasta ahora parece haber quedado claro que Internet en la mayoría de los casos lo que hace es cubrir un déficit en la personalidad del adicto. Ya que Internet es eminentemente un instrumento de comunicación interpersonal, es en este ámbito donde el mundo virtual puede convertirse en un sustituto de la vida real para las personas con déficit en habilidades sociales, timidez o algún tipo de complejo.

Del mismo modo que un adicto a la heroína lo es a la sustancia y no a la jeringa, es lógico pensar que en este caso lo importante es el contenido, la necesidad que cubre en una persona. Según Echeburúa y cols. la red permite cubrir dos tipos de necesidades básicas: la estimulación solitaria (búsqueda de información, imágenes, sonido, juegos, etc.) y la búsqueda de interacción social.

Hay ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones. La vulnerabilidad psicológica hacia la adicción a Internet se expresa en los siguientes factores de riesgo:

•Déficit de personalidad: introversión acusada, baja autoestima y nivel alto de búsqueda de sensaciones.

•Déficit en las relaciones interpersonales: timidez y fobia social.

•Déficit cognitivos: fantasía descontrolada, atención dispersa y tendencia a distraerse .

•Alteraciones psicopatológicas: Adicciones químicas o psicológicas presentes o pasadas. Depresión.

Young y Rodgers administraron el cuestionario 16 PF a un grupo de personas auto – seleccionadas, encontrando puntuaciones altas en términos de confianza en sí mismos, pensamiento abstracto, disconformidad con las convenciones sociales, reactividad emocional hacia los otros y preferencia por las actividades solitarias. Las personas dependientes de Internet suelen ser susceptibles, vigilantes y privadas. Esta tendencia hacia la introversión también fue encontrada por Petrie y Gunn.


Adicción a las Redes Sociales



Dentro del fenómeno de Adicción a Internet, se encuentra la poderosa Adicción a las Redes Sociales que forman parte y se generan a través del mundo cibernético de hoy en día. Lo cual, no deja de causar gran preocupación en los diversos especialistas que abordan la temática, ya que ello implica que cada día más personas alrrededor del mundo, incluído nuestro país, se están viendo afectadas por la problemática en donde el "estar conectado" con otros a través de la red, muchas veces cobra mayor importancia que "la vida real" de las mismas.

Cabe preguntarnos entonces, ¿Cuanta es la importancia que le otorgamos al uso de las Redes Sociales cibernéticas dentro de nuestra Vida Real?

Signos y sintomas de la adiccion a Internet

Los signos y síntomas del uso de Internet compulsivo pueden variar de persona a persona. No hay horario fijo por día o un número de palabras escritas que indicquen adicción a Internet, por ejemplo. Pero hay algunas señales que advierten que el uso de Internet se ha convertido en un problema:

Perdida de la nocion del tiempo online. ¿Se encuentra con frecuencia en Internet más de lo pensado? ¿Unos pocos minutos se convierten en horas? ¿No tienes tiempo para hacer los deberes del colegio o el trabajo porque pasas mucho tiempo en linea? ¿Te irritas o pones de mal humor si tu tiempo online es interrumpido?

Problemas para llevar a cabo las obligaciones. ¿Te encuentras con que la ropa suci se acumula?¿Te quedas trabajando hasta tarde porque pierdes el tiempo en Internet?

Aislamiento de la familia y las amistades. ¿Tu vida social sufre a causa de todo el tiempo que pasas en Internet? ¿Estás descuidando a tu familia y amigos? ¿Sientes que nadie en tu vida real te entiende como tus amigos de Internet?

Sentimientos de culpa o ponerse a la defensiva en cuanto al uso de Internet. ¿Estás aburrido de que tu pareja te diga que te alejes delcomputador para pasar un tiempo juntos? ¿Escondes tu uso de Internet o mientes acerca de cuánto tiempo pasas en línea?

¿Quieres saber si eres adicto a Internet? Entonces realiza el siguiente test de adiccion a Internet.

¿Es la adiccion a Internet un mito?

Articulo publicado el 30 de mayo de 2010 en radiopolar.com


En un día cualquiera de 1995 al psiquiatra Ivan Goldberg, afincado en Nueva York, se le ocurrió gastar una broma. Había leído la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM, en inglés), la Biblia de la psiquiatría moderna, y decidió animarse con una parodia. Se inventó una enfermedad.
La llamó "desorden de adicción a Internet" (IAD, en inglés). Describió sus síntomas y lo colgó, cómo no, en su discreto portal de Internet, hoy aún disponible. Habló de ansiedad, de necesidad de conectarse horas y horas, y de movimiento involuntario de los dedos para teclear. Incluso animaba a crear un grupo de ciberadictos anónimos. Probablemente lanzó unas carcajadas antes de publicarlo.

La sorpresa llegó días después. Recibió decenas de mensajes de gente que se identificaba con el problema. Sus colegas de profesión abrieron un intenso debate. La idea se extendió. Ese mismo año, la psicóloga Kimberley Young, referente en la materia, fundó el Centro para la Recuperación de la Adicción a Internet (netaddiction.com). Los medios comenzaron a hacerse eco. La bola de nieve ya era demasiado grande para detenerla.

Quince años después, la polémica continúa, aunque desinflada. Cada vez más expertos se niegan a admitir esta patología.
"En 25 años de profesión no he conocido ni un solo paciente que la tenga. Es como hablar de adictos al teléfono, no tiene sentido", asegura José Miguel Gaona, médico psiquiatra especializado en adicciones y doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid.
El último borrador del DSM, elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría, vuelve a excluir la dependencia de Internet como trastorno de conducta. No hay ninguna evidencia científica.

Goldberg, el bromista, intentó aclarar el entuerto en el año 1997. "Si extendemos el concepto de adicción para incluir todo aquello que la gente hace en exceso, tendríamos que aplicarlo a leer libros, a hacer ejercicio, a hablar con la gente...", declaró a la revista The New Yorker. Pero la broma sigue viva.Desde 1996, decenas de estudios han intentado demostrar sin éxito la existencia de la adicción a Internet. El último viene de Reino Unido. Según investigadores de la Universidad de Leeds, el 1,2% de la población europea entre 16 y 51 años vive enganchada. Su droga: conectarse demasiado tiempo e ignorar otros aspectos de la vida. Aseguran, además, que muchos de ellos sufren depresión. Pero hay un problema. "No sabemos qué ocurre primero, si la gente deprimida acude a Internet o es esta la que produce depresión", se pregunta Catriona Morrison, autora principal del informe.

La bibliografía es extensa. El hospital universitario de Kaohsiung (Taiwán) reveló recientemente los resultados tras dos años de analizar el comportamiento de adolescentes: un 11% vive obsesionado con la Red. La Universidad de Augusta (EE UU) lo cifró en el 4% en EE UU y el 14% en China. En 2008, la Universidad de Stanford habló del 1%. Vaughan Bell, profesor en el Instituto de psiquiatría del Kings College de Londres, afirma que estas investigaciones se basan en encuestas mal diseñadas y muestras insuficientes. "Definen adicción en función del número de horas que pasamos online, pero no de las causas que llevan a ello. La gente es adicta a sustancias o actividades, no a un medio de comunicación. Decir que soy adicto a Internet es tan absurdo como decir que lo soy a las ondas de radio". Como él, varios psicólogos y psiquiatras se han dedicado los últimos años a desmontar mitos. Scott Caplan, profesor en la Universidad de Delaware (EE UU), lleva desde 2002 estudiando la relación entre interacción social e Internet. Sus resultados son reveladores: personas con ansiedad, depresión y dificultad para socializar tienden a usar más Internet y no al revés. Es decir, la Red no crea patologías sino que canaliza una desviación existente. ¿Cuánto tiempo es normal y excesivo delante de la pantalla? Helena Matute, catedrática de Psicología de la Universidad de Deusto, fue una de las primeras en España en publicar un artículo sobre el tema (en 2003). "Si alguien no puede dejar de entrar en Internet es como si fuera al mismo bar de la esquina todos los días. Podría ser un problema, pero no una adicción", escribió. Hoy sostiene la misma postura. "Mucha gente tiene trastornos de conducta, pero en la inmensa mayoría no se pueden achacar a la Red".
Según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), el 37% de los españoles se conecta entre 10 y 30 horas semanales.

El 9% lo hace más de 60 horas. Los chats y las redes sociales son las actividades más populares. Esto ha alimentado un temor: engancharse a Facebook o al Messenger puede perjudicar la socialización en persona, la de toda la vida, la saludable. Falso. Diversas investigaciones echan el argumento por tierra. La Universidad de Virginia (EE UU) publicó una en enero: adolescentes entre 13 y 14 años con una vida social offline equilibrada son más proclives a utilizar redes sociales entre los 20 y 22 años. Las consideran una extensión normal de su vida. "Hoy los adolescentes tienen una necesidad social de comunicarse. Antes se hacía en persona o por teléfono. Ahora se hace por chat. El canal ha cambiado", explica Xavier Carbonell, profesor de Psicología de la Universidad Ramon Llull (Barcelona). Sus propios estudios demuestran que no es posible hablar de adicción. Ahora analiza el impacto en la conducta de los juegos de rol online.

Aquí sí existe una reducida, pero fiable, conexión entre videojuegos violentos y cambios de conducta. Nick Yee, investigador en el Palo Alto Research Center (California), calcula que un jugador medio dedica entre 20 y 22 horas semanales a esta actividad. "Lo único seguro es que justo después de concentrarse en un juego violento, algunos adolescentes reaccionan agresivamente, pero no podemos demostrar que aumente su agresividad a largo plazo".


¿Quienes estan en riesgo de caer en la adiccion a Internet?


Un estudio realizado en Colombia revelo que los jovenes de entre 18 y 25 años son quienes corren el mayor riesgo de convertirse en adictos a la red.

La causa seria la autonomia que tienen las personas de esta edad, porque si se es menor de edad se puede recibir ordenes de los padres, lo que no ocurre ne el caso de los mayores.

El principal uso es el chat, en el que se gastan entre 2 y 7 horas, luego viene la revision de email y al final la navegacion, en especial en sitios sociales como facebook.

¿Cual es el limite de la adiccion a Internet?

Una pareja surcoreana fue condenada el viernes de abandonar a su hija recien nacida, la que fallecio de hambre mientras sus padres adictos jugaban un juego online que se trata de criar un niño virtual.

El marido de 41 años y su mujer de 25 fueron condenados a dos años de prision pero a la mujer se le suspendio la condena por encontrarse embarazada.

La pareja jugaba en ciber cafes un promedio de 10 hora al día y alimentaban al bebe solo una vez al dia.

Ante este tipo de noticias cabe preguntarnos, ¿quien ponde los limites? ¿se deberia dar una sentencia ejemplificadora ademas, algo asi como prohibir el acceso a Internet a estas dos personas? ¿Cual es el rol del Estado en cuanto a las legislaciones y la educacio a los futuros padres?

El Pac-man de Google y su costo en la productividad mundial

Productividad perdida y adiccion pasajera a un juego en línea.

Cuando Google cambio su logo a una version "jugable" de Pac-Man mucho sitios en Internet bromearon diciendo que la productividad mundial se desplomaria...y eso fue exactamente lo que ocurrio.

El blog dedicado a la administracion del tiempo RescueTime hizo los calculos y determino que el Pac-Man de Google consumió 4,819,352 horas, es decir unos $120,483,800 dólares en productividad.

El costo de determino midiendo la cantidad de tiempo que se gasto el dia en que el juego estuvo en linea (48 segundos) versus el tiempo promedio que se ocupa los otros días (11 segundos) y se multiplico por la cantidad de visitas al sitio ese dia (503,703,000).

Si aun no has perdido el tiempo jugando y te quieres hacer adicto o solo recordar esos tiempos de Pac-man, lo puedes hacer en www.google.com/pacman.

Con el desaarrollo de internet y su crecimiento exponencial, han aparecido tambien los primeros casos de Psicopatologias "relacionadas con la red". Es así como se comienza a hablar de un trastorno de dependencia de la red, el cual hasta la hora se ha conocido por diferentes nombres:

Desorde de adicción a Internet. (Goldberg, 1995.)
Uso Compulsivo de Internet. (Morahan-Martin y Schumacker, 1997.)
Uso patológico de internet.(Yiung y Rodgers, 1998).

como bien estos diferentes nombres lo expresan, se hace una tarea dificil definir lo que es la adiccion a internet , ya que la interrogante es:

¿ A qué se hacen adictos lo adictos a internet?
Puedes tu responder aquello?????